por Gerardo Gómez Muñoz
La confirmación de que Maximiliano Abad se anota en la grilla de precandidatos a intendente de General Pueyrredon movió la estantería tanto en sectores de Cambiemos, fundamentalmente en el estrecho y poco iluminado espacio del entorno de “Cazadores de Fantasmas”, presidido por el gran asesor “Pirincho”.
Menos afectó a algunos radicales que desde hace muchos meses saben que el diputado, por sus propias declaraciones, tiene aspiraciones y descuentan que no tiene pensado abdicar a las pretensiones de prácticamente todo el radicalismo, no sólo distrital sino del íntegro panorama partidario.
Tanto Vilma Baragiola como Abad ven con igual recelo -por no agudizar la calificación y la bronca- el atrevimiento de Guillermo Montenegro, pero no apresurarán los tiempos.
Vilma no oculta la intención de hacer valer sus votos y no le pierde pisada al presunto ungido desde las cúspides. Por eso cuando aparece el que ve una cámara y pone el rostro, ella se apresura a poner el suyo y a decir que es de “Cambiemos” desde el momento que integra la UCR.
Maxi no puede jugarse tanto porque conoce al dedillo lo que piensa la gobernadora María Eugenia Vidal y sus más cercanos acompañantes que “es primero la gestión y luego la campaña a su debido tiempo”.
Mirar desde un sifón
Desde un sifón es difícil avizorar nada y menos los entresijos políticos en tiempos enmarañados como los actuales, por eso el nerviosismo de los aconsejados por visionarios de fantasmas.
En La Plata, gente muy comprometida con el gobierno comenta con discreción que el “lanzamiento” de Montenegro es, sobre todas las cosas, para poner de entrada una barrera a la megalomanía de Carlos Arroyo que, sabiendo de las públicas intenciones radicales de reclamar su plaza histórica y asesorado por el penumbroso entorno comenzó a proclamar candidatura a la reelección del hoy jefe comunal que, apenas se sostiene por el monumental envío mensual de vituallas, parque y caja.
El sábado, mientras decenas de miles de marplatenses desbordaron las calles bajo las banderas que repudian a la dictadura cívico militar que irrumpió un 24 de marzo de 1976, Arroyo -como toda la vida- no asistió a la sesión del Concejo Deliberante. Pero sí lo hizo, formulando gravísimas acusaciones a aquella dictadura, el segundo de la Agrupación Atlántica y titular del Concejo Guillermo Sáenz Saralegui.
Obviamente el intendente muy afín a las marchas militares -y hombre de la derecha como lo recordó en estos días- ni se acercó a las multitudes que el sábado dieron fe pública de su repudio a la sanguinaria dictadura y de su firme decisión de rechazo a todo ataque a la democracia.
Las cartas sobre la mesa
Son horas de jugarse y de poner las cartas sobre la mesa de frente y sin pintarse la cara como lo hacían los inolvidables jefes de Arroyo, tales como Rico, Seineldín y Breide Obeid, entre otros. Ya aparecieron las de Vilma Baragiola, Maxi Abad y Guillermo Montenegro. También las de Arroyo que por ahí quiere guarecerse detrás del extraviado Hernán Mourelle, que un día cayó en paracaídas a estas costas y aún no sabe dónde está ni para qué.
Ayer, otro que prometía una segunda etapa protagónica, Emiliano Giri, presentó la suya para desairar al jefe comunal diciéndole: “Opto por mi familia que me reclama”.
Justo dijo que “no” cuando el que tambalea, sacudido en su aturdimiento por los mismos temporales que el crea, confiaba que el hombre que no es de contener en adocenados entornos ni de acotados cabotajes sino que trae experiencia empresaria y de transitar allende mares y fronteras, podía ser un colaborador múltiple y oportuno.
Menudo laburo lo esperaba como intercomunicador del intendente que cree que se las sabe todas mientras medio mundo considera que vive mediante la transfusión constante que le acercan los gobiernos provincial y nacional, a los que desaira día día con su galimatías político.
Los políticos y la gente
En momentos de tanta efervescencia y de alentador entusiasmo de la militancia llenando las calles en reclamos impostergables como los que se ven por televisión, brota la casi necesidad de llamar la atención de los políticos lugareños para que atiendan problemas concretos de la gente del común.
En medio de tanta militancia política sobreabundan los que se pierden en la agotadora y vacua actividad de la rosca internista en busca de la mentirosa “unidad” que suele limitarse a la reubicación de grupos y de dirigentes con vistas al próximo comicio.
La reflexión que quizás parezca retórica y hasta moralista, surge ante tanto agobio que se recoge en el diario trajinar, en el colectivo, ante las manifestaciones de la gente agobiada por la política económica del macrismo, que además de tirar a la baja los salarios eleva a alturas inalcanzables para muchos las tarifas de elementos sustanciales para el mínimo confort .
Están los ejemplos como la Liga de Amas de Casa con mujeres como las señoras Sánchez, madre e hija y otras acompañantes luchando en cuanto estrado sea posible contra la insensibilidad y hasta la ilegalidad de algunos aumentos.
Nuevos tarifazos
Se habla en estas horas en nuestro medio del aumento del gas que oscilará entre el 40 y el 50 por ciento desde el mes entrante y el del agua corriente entre un 30 y 40. Y el de la luz. A propósito de éste, un buen ejemplo es el del diputado provincial Juan Manuel Cheppi que salió a reclamar por un derecho de vida o muerte como es el precio de la energía eléctrica requerida por los pacientes electro dependientes que ante la carencia de gas deben recurrir al uso permanente de la energía con lo que costo llega a límites insostenibles.
La simple presentación ante empresas como EDEA; Camuzzi, Energas, Cooperativa Eléctrica MDP, etc., es un buen comienzo para iniciar la movida que suele ser el siguiente paso ineludible.
Los padres de los alumnos de la escuela del Paraje San Francisco que se quedaron sin la asistencia de dos colectivos que transportaban a los chicos de la primaria y de la secundaria, la constante queja de los diversos barrios que deben vivir en medio del barro y de la basura permanente, los cooperativistas que no cobran, etc.
Sobran los ejemplos como que los dirigentes y referentes políticos concedan el favor de un poco del tiempo asignado a las enjundiosas roscas internas para volcarlo en un leve porcentaje a las necesidades del “otro”.
Satisfacción en el Puerto
Hay alegría en ámbitos portuarios por el traspaso del predio de los silos de la Nación a la Provincia. Así lo manifiesta el ex concejal y titular del partido “Mar del Plata, Puerto, Región”, Daniel Sosa, aunque no desaprovecha filtrar una crítica a Rubén Merlini titular del Consorcio Regional Puerto, porque “esto estaba a la firma cuando en mi carácter de asesor del Plan Estratégico del Puerto, nos reunimos con el escribano de la Provincia y todo quedó listo para la firma en noviembre de 2015”.
Agregó que “no me explico por qué Merlini dejó pasar tanto tiempo, tanto es así que el presidente Macri en Mar del Plata puso gesto de desagrado, como se advirtió en la tele, cuando Merlini no pudo explicar la demora. Pero, gracias que ya está y ya no cabe esperar que el actual responsable del Consorcio mejore su gestión, aunque no nos vamos a callar”.
¿El referente de Montenegro?
Parece que no caben dudas de que el senador provincial de Crear en Cambiemos, Lucas Fiorini será el referente del autocandidateado a intendente marplatense Guillermo Montenegro. No sólo lo acompañó este verano en casi todas sus apariciones públicas sino que lo acompañó en estos días al encuentro de la juventud oficialista presidida por Peter Robledo, secretario de la Juventud en el Gobierno nacional.
Fiorini explica que su decisión se basa en la certeza de que el gobierno de María Eugenia Vidal y otros representantes de su elenco de gobierno respaldan a Montenegro. Y que el ministro de Bienestar Social apoya las inquietudes sociales y asistenciales que presentan los vecinos de los barrios y entidades que se visitan con el futuro candidato.
De paso se puede agregar que el domingo el senador provincial de reconocida militancia católica fue el único dirigente visible en la marchas que miles de católicos y evangelistas realizaron en defensa de la vida del niño por nacer.